IN MEMORIAN ( en recuerdo a Mari Cruz)
Como recuerdo y homenaje a Mari Cruz coincidiendo con la Eucaristia que pasado mañana, jueves, vamos a celebrar en su memoria y la posterior placa que se le va a dedicar en el patio de su guardería, creo interesante traer a nuestra página web dos artículos recuperados de nuestra hemeroteca, que nuestra revista publicó dedicados a la Guardería ,a Mari Cruz, y a la Compañía de María para que nos sirva, de recuerdo a unos y de aprendizaje a otros.
El primer artículo ocupó el apartado «nombres propios» de la revista de Marzo de 1994 (nuestros actuales alumnos, muchos aún no habían nacido) y se titulaba así
LA GUARDERIA INFANTIL VIRGEN DEL MAR; podíamos leer en él lo siguiente:
«Excepcionalmente este apartado lo dedicamos a una institución y no a una persona; Institución que comenzó a gestarse allá por mayo del año 1973, cuando una religiosa, la hermana Gabriela, hizo una llamada de colaboración a la Compañía de María para atender a una barriada de Motril llamada Calahonda, habitada por un grupo de familias de pescadores y sumidas en la pobreza.
Coincidiendo con la reforma agraria que por entonces realizó el IRIDA en el Llano, este Instituto construyó, sobre terrenos parroquiales, un edificio destinado a Guardería Infantil, y cuyo objetivo sería llevar a cabo una importante labor social: cuidar a los niños pequeños de los nuevos «parcelistas» que necesitaban de la mano de obra de toda la familia para hacer rentables los 20 marjales que se les habían concedido.
Fue asi como en el mes de septiembre de 1973 llegaron a Calahonda las hermanas Encarna Cánovas, Elvira Zurro y Mari Trini Morón, para realizar su trabajo en la Guardería que se inauguró en octubre con una misa en su capilla.
Sucedió que por entonces tuvieron lugar las terribles inundaciones de la Rábita, en las que muchas familias quedaron destruidas y muchos niños desamparados que necesitaban ayuda. Se pensó que la guardería podría acoger a estos niños y, para ello, se necesitaba alguna persona más. La hermana Mª de la Cruz Barrero del Río se ofreció para tal labor; las camas se quedaron preparadas y todo estaba dispuesto, pero aquellos niños nunca llegaron a Calahonda; las autoridades habían dado un destino distinto a los niños.
La hermana Mari Cruz se dedicó entonces a la tarea de atender a las necesidades de Carchuna, comunidad de 80 ó 90 familias procedentes, en su mayoría, de la Alpujarra Baja y que colaboraron con entusiasmo con ella para que su labor fuera fructífera.
Actualmente (año 1994 en que se escribe este articulo) la guardería atiende a 175 niños de Motril, Torrenueva, Calahonda, Carchuna, Castell y Haza del Trigo. Colabora activamente en la impartición de la Religión Católica en los colegios del Llano, en la enseñanza de niños de párvulos, en la impartición de clases de corte y confección para madres y jóvenes, y en todas aquellas tareas para las que la comunidad demanda ayuda.
Desde estas humildes páginas nuestra gratitud y reconocimeinto»
Hasta aqui el articulo publicado en la revista Sacratif de nuestro Colegio en su número 4, correspondiente a marzo de 1994.
…. Y fue en su número 19, correspondiente a junio de 2000 cuando nuestra revista Sacratif, publicó un nuevo artículo en «Nombres propios», en esta ocasión titulado:
LA COMPAÑÍA DE MARÍA y que decía asi, literalmente:
«La Iglesia es una familia que, unida y siguiendo al Señor Jesús, con su Espíritu, se siente grupo del hijos del mismo Dios y Padre, grupo de hermanos. Lo que hace uno afecta a todos; lo que hacemos todos repercute en cada uno.
La Compañía de María, fundada por una mujer francesa, santa Juana de Lestonnac, en 1607, es un grupo de religiosas entregadas a la educación de los niños para sembrar en ellos la semilla Evangelio y que puedan crecer con la dignidad más grande de personas.
En nuestros pueblos de Calahonda y Carchuna, una misma parroquia, una misma comunidad, de cristianos, y desde su párroco de entonces, D. Francisco Torres Miranda, se hizo una llamada a la Compañía de María en mayo de 1973 para que colaborase en la tarea pastoral.
El IRIDA estaba construyendo una guardería infantil que pudiese atender a los hijos de las mujeres trabajadoras del campo. Son los años del cambio de la agricultura y su comercialización, del desarrollo del duro trabajo en los invernaderos. Se les pide a las religiosas de la Compañía de María que se hagan cargo de este Centro.
Las primeras religiosas que llegaron: Encarnación Cánovas, Elvira Zurro y Mari Trini Morán. A primeros de octubre se inaugura esta obra social con la celebración de la Eucaristía en la capilla de la Comunidad, poniendo la tarea en las manos del Señor y pidiendo luz y fuerza para el camino que había que seguir.
Poco a poco se van mostrando las necesidades y la labor: atender a los niños (veintidós comenzaron en la clase de párvulos), a los jóvenes, que pedían reuniones, encuentros, formación; jóvenes y adultos que necesitan instrucción para el Certificado de Estudios; clases de corte y confección para mujeres; las clases de Religión en la escuela y las distintas catequesis.
La necesidad de extender la acción pastoral al, todavía, poblado de Carchuna, fue la ocasión para que la hermana Mari Cruz Barrero, que trabajaba en el colegio de la Compañía en Granada, fuese destinada a la Comunidad de Calahonda.
Los comienzos fueron dificiles. No se contaba ni con instalaciones ni con materiales. Pero el ímpetu de Mari Cruz y la buena disposición de la gente, hizo posible trabajar en Carchuna. Manuel Jódar dejó su corral, que cubrió con uralita, para la clase de párvulos. Marina Cortés le dejó su coche, un «dos caballos» lo llamaban, para recoger a los niños de los cortijos. Mariquita ofrece su casa por la tarde para que un grupo de jóvenes se preparen para obtener el Certificado escolar… Así, con la generosa colaboración de todos, las religiosas emprenden su misión. Las catequesis, visitas a las familias, charlas a los padres y, en fin, la vida compartida, hacen posible la cercanía y la confianza, la mutua ayuda.
En 1974 se obtiene el reconocimiento del Centro como Guardería Laboral. Pasan los años y se va consolidando el proyecto educativo y vienen a la guardería niños de otras vecindades. Al mismo tiempo se van sucediendo las religiosas, aportando cada una lo mejor de si misma y despertando en nuestros pueblos la admiración y el cariño.
La hermana Mari Cruz ha permanecido 27 años. Ha trabajado incansablemente, ha afianzado la guardería, ha dado continuidad al proceso educativo con niños , padres, personal docente y no docente dentro y fuera de la Escuela Infantil Virgen del Mar. Se ha hecho, Mari Cruz, parte de nuestros pueblos, parte nuestra.
La necesidad de ayuda para la acción pastoral no sólo no ha terminado sino que es, quizá, más apremiante, pero la situación que viven las congregaciones religiosas por falta de vocaciones consagradas, ha obligado a la Compañía de María a dejar esta obra.
«dejamos – dicen las últimas religiosas que han vivido en esta comunidad – , como recuerdo, los cuadros de nuestra fundadora en los templos de Carchuna y Calahonda, pidiendo a Santa Juana que la educación de los niños de estos pueblos, sea la garantía mejor para conseguir una población más humana y cristiana»:
«Dejad que el grano se muera / y llegue el tiempo oportuno / dará mil granos por uno/ espigas de primavera»…
Quede, sí, su oración y quede la nuestra por ellas. Quede el reconocimiento y la gratitud de todos, y quede la Comunión de los que nos sentimos parte de la misma Iglesia, la Comunión en el Amor mismo del Dios Padre, que nos ofrece a su hijo mismo, Jesús, en el mismo Espíritu Santo.
Es que la Iglesia es una familia: lo que hace uno, afecta a todos; lo que hacemos todos, repercute en cada uno».
Sirvan estas dos publicaciones que nuestra revista hizo en su día, como homenaje de este Colegio a Mari Cruz y a la Compañía de María en general, y como agradecimiento por la labor tan generosa y desinteresada y excelente, que sin duda esta y seguirá dando sus frutos en nuestros pueblos
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