C.E.I.P. Sacratif

Y ya están aquí las fotos de la segunda noche de nuestra fiesta de fin de curso; una segunda noche que no falló a las expectativas que había sobre ella y que convenció a casi todo el mundo, porque asi nos lo ha dicho mucha gente.

Comenzaba la noche con la actuación de las alumnas de la Escuela Municipal de Gimnasia Rítmica que, a pesar de hacerlo sin la dirección de su monitora que, incomprensiblemente, no estuvo con ellas, ellas supieron suplir esa ausencia y ofrecernos un precioso espectáculo de color y movimiento. La noche empezaba bien, tal y como estaba previsto, pero es que fue a continuación la Escuela de Baile, esta vez si, con su profesora con ellas, la que traía las notas de color andaluz con nuestras niñas, demostrándonos lo rápido que aprenden y lo bien que bailan las sevillanas. Felicidades a las bailarinas y a su profesora.

Y a continuación comenzó su andadura la noche de teatro, abriéndola brillantemente los alumnos de infantil, muy bien preparados por su maestra Carmen Mari, con la obra «El mamut chiquitito»; los más pequeños pudieron demostrarnos la madera de artistas que ya llevan y, además actuaron con música en directo a cargo de Almudena que también nos ha demostrado tanto sus cualidades como su disponibilidad para estar en donde ha hecho falta; suerte tendrán en la escuela a la que llegue con su trabajo, que le deseamos sea muy pronto. Gracias y felicidades, Almudena, por tu ayuda.

Y después de los más pequeños fueron los de primero, de Josefina, los que nos deleitaron con otra preciosa obra titulada «El dragón» con una perfecta puesta en escena gracias a la labor de Josefina.

Y a continuación fueron los alumnos de 4º, dirigidos y preparados por su maestra, María, los que nos ofrecieron otra bonita obra de teatro: «Un arco iris de ilusiones» que encantó a los más pequeños y a los menos pequeños.

Y , tras el descanso, de nuevo una actuación que se esperaba con ganas, era el grupo «Escala de color» que ya todo el mundo conocía pero que impactó por su entrada arrolladora y su caracterización adaptada a lo que nos iban a interpretar: un popurrí de canciones de las diferentes décadas, desde los años 50 hasta la actual; fueron unos minutos de nostalgia para revivir tiempos pasados que llegaron a mucha gente de manos de los maestros de sus hijos que demostraron, una vez más, que saben estar ahí, donde hay que estar, dando ejemplo de participación.

Y después, vuelta al teatro, esta vez protagonizado por los alumnos de 5º, de don Valentín y con un doble mérito que hay que destacar: una de las obras (La paloma Maripaz) ha sido dirigida y preparada por una madre, Maricarmen, a la que damos las gracias y ojalá cunda el ejemplo y sean cada vez más los padres que se ofrezcan a participar con nosotros para sus hijos. Y la segunda obra, creada, preparada y dirigida por los mismos alumnos de 5º con Iván a la cabeza ¡bién campeones!

Y tras el teatro de 5º, otro de los platos fuertes de la noche a cargo de dos auténticos artistas que tenemos la suerte de tener entre nosotros: Antonio Palomares y la señorita Ana; ellos. con su magnífica actuación nos alegraron esa media hora de la noche parodiando a la pareja de los hermanos Quintero del sainete «Sangre gorda». ¡y de qué manera! con muy poco que envidiar a los artistas de cartel.

Ya la noche se estaba terminando y aún quedaba el final: la noche de Carchuna se llenó de capas, de cintas y de canciones:  había llegado la tuna, la tuna del colegio; otra vez eran los maestros los protagonistas con un vestuario digno de las mejores galas para dar más altura, si era posible, al espectáculo que estaba terminando. Con sus canciones alegraron la noche de muchos mayores que asi lo manifestaron después y también de muchos menos mayores y menores. Hay que destacar una colaboración extraordinaria que agradecemos y que le dio más brillantez a todo: la de Juan, el de la bandurria, como muchos le conocen; él también ejerció de verdadero «maestro«, entre los maestros y con las notas de su bandurria dio más intensidad al color y al calor de la noche. También desde estas líneas se lo agradecemos públicamente y le invitamos a estar cerca de nosotros siempre que él quiera.

Y así se cerraba una noche tan brillante que siendo casi la 1 de la madrugada, el patio del colegio seguía lleno; una noche maravillosa que fue posible gracias al trabajo conjunto de esos niños que dieron lo mejor de ellos, de ese puñados de padres que también estuvieron trabajando duro para que todo saliera bien (en las infraestructuras, en el bar, con el teatro, con la cámara…) y a ese grupo de maestros que mas de un colegio quisiera tener en su plantilla, siempre dispuestos a darlo todo en su labor diaria, en la escuela, y en estos momentos que dan brillantez y altura a un colegio. Muchas gracias a todos.

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